Acuariofilia, de la afición, a la ciencia de mantener peces de agua dulce en acuarios

Un estudio, liderado por la Universidad de Barcelona, confirma (Por fin) el valor científico de la afición a mantener peces de agua dulce en acuarios. Según los autores del artículo, la práctica contribuye a ampliar el conocimiento biológico sobre especies muy desconocidas por la comunidad científica. Potencia la colaboración con científicos en la localización y descripción de especies nuevas para la ciencia.

Lejos de lo que podría pensarse un verdadero acuariófilo no es aquella persona que tiene peces como mascota en casa, no señor, esto va más allá. Un verdadero aficionado que se considere como tal se preocupara por la ecología y la biología de los peces.

Estas personas trataran de recrear un ecosistema lo más óptimo en casa, para de esta forma poder mantener en buenas condiciones a sus habitantes, habitantes de los cuales aprenderán comportamientos diversos.

Esa es la idea de esta afición en mi particular punto de vista por supuesto y concuerdo con lo dicho por el investigador Alberto Maceda Veiga, del Instituto de Investigación de la Biodiversidad de la Universidad de Barcelona (IRBio).

Alberto es el primer autor de un estudio publicado en la revista Fish and Fisheries que rompe tópicos sobre el mundo de la cría de los peces de agua dulce y destaca la importante labor de los acuaristas serios para estudiar y conservar la biodiversidad de los ecosistemas acuáticos.

También son autores del estudio Omar Domínguez (Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, México), Josep Escribano Alacid (Asociación Grupo de Investigación de Ecosistemas Acuáticos, AGREA), y John Lyons (Universidad de Wisconsin, Estados Unidos).

Tradicionalmente se tiene la creencia y esto viene principalmente de aquellas personas conservadoras de que esta afición solo se trata de tener peces como mascotas, cosa que no es cierta.

Recuerdo que hace tiempo platicaba con un amigo y él me decía: Tu hobby en nada beneficia la conservación de la fauna acuática, su comentario estaba dirigido principalmente a que yo le platicaba que cada que salía de vacaciones al mar siempre recolectaba especímenes acuáticos de los lugares que visitaba (Actinias, una especie de anemona marina).

Yo recolectaba estas especies para mantenerlas en casa y de esta forma aprender de sus comportamientos, el siempre me decia: Lo que haces es depredar la naturaleza, sinceramente nunca logre que entendiera mi punto de vista.

Es por eso que me pareció interesante esta información , ya que suaviza y en mucho esos falsos prejuicios que se tienen sobre esta afición, esta información destaca el papel positivo de muchos acuaristas responsables y que están comprometidos con el mundo de la conservación biológica en todos los aspectos.

Así de memoria me viene a la mente el buen Paco Gutiérrez, un amigo del foro Ciclidos México que es un tipo comprometido con divulgar a los peces ciclidos de nuestro país y el cual ya tiene años metido en esto. Y así como él, recuerdo a los compañeros de Monterrey LA CARAC .

En nuestra comunidad está el buen Alejandro Carrillo el cual tiene un negocio de acuarismo. Vende, aconseja y asesora, tiene años en estos menesteres y más que vender es un aficionado que está comprometido con este hobby.

Capturar animales del medio natural para mantenerlos en cautiverio y liberar mascotas cuando ya no se quieren son, cuando menos, los efectos negativos más directamente asociados con esta práctica.

La acuariofilia es mucho más que el mantenimiento de peces como ornamento, porque en mi opinión, ningún animal es un ornamento, subraya Alberto Maceda, totalmente de acuerdo con usted señor.

El mantenimiento de animales en cautividad siempre genera polémica. Sin embargo, como sociedad habría que plantearse la pregunta de que si aceptamos un perro como mascota, por qué no podemos hacerlo con otros animales como los peces.

Son estas ideas, además del desconocimiento de la labor desarrollada por acuariófilos serios de todo el mundo, las que llevan a pensar que la acuariofilia es incompatible con la conservación, más allá de la afición a criar peces en el acuario

Cuatro Cienegas

¿Cuál es la vertiente más científica de la acuariofilia? Según los autores del artículo, la práctica contribuye a ampliar el conocimiento biológico sobre especies muy desconocidas por la comunidad científica. Potencia la colaboración con científicos en la localización y descripción de especies nuevas para la ciencia, facilita la asistencia técnica en el mantenimiento de peces salvajes en centros de investigación y promueve la financiación de programas de conservación in situ y ex situ de especies amenazadas.

Tampoco hay que olvidar que la comunidad científica trabaja con modelos animales (Danio rerio o pez cebra, Oryzias latipes, etc.) que tienen origen en el comercio de peces de acuario, detalla el investigador del IRBio. Es decir, los mismos científicos se benefician de la industria que a priori algunos critican.

También es una fuente de negocio, claro, y cuesta ver más allá de eso, porque la imagen del sector que predomina va ligada a la problemática de la liberación de mascotas no deseadas y la sobreexplotación de las poblaciones salvajes, cuando las especies exóticas llegan al medio natural

Cuando las mascotas son liberadas en el medio natural, pueden generar fenómenos de invasión biológica que ponen en riesgo los hábitats naturales.

Uno de los ejemplos más extremos se encuentra en México, donde se da el caso de unos peces limpiacristales (Pterygoplichthys) que se escaparon de una piscifactoría y están afectando a la fauna autóctona con pérdida de biodiversidad nativa y alterando los ciclos de los nutrientes de los ríos invadidos.

Estas lineas hacen referencia a la invasión de Plecos que se da en Chiapas y a lo cual los pescadores lo han llamado con el mote de Pez Diablo.

Según el principal autor del artículo, la mayoría de peces de agua dulce que se comercializan en Cataluña proviene de la cría en cautividad. Además, la falta de medidas de bioseguridad en las piscifactorías es la fuente principal de la llegada al medio natural de animales ligados al comercio de acuarios.

No obstante, también hay casos de particulares que, a menudo mal informados cuando efectúan la compra, acaban liberando los peces en el medio natural.

Considerar la figura de los acuariófilos serios y comprometidos con la conservación del patrimonio natural en la toma de decisiones legislativas sería uno de los pasos que podrían mejorar la percepción social y científica de esta práctica ligada al ocio.

La percepción va ligada al conocimiento, y nadie conoce mejor el sector que quien está implicado en él. Criminalizar la acuariofilia es como decir que la agricultura es incompatible con la conservación. Si se desconoce el sector y solo nos focalizamos en la industria, tendremos una visión sesgada de la realidad, lamenta Maceda.

Para hacer más visible el papel de los acuariófilos, sería importante recordar cómo contribuyen a desarrollar con éxito programas de cría en cautividad de especies amenazadas, así como el apoyo técnico que ofrecen a científicos y personal de los estabularios acuáticos de los centros de investigación, sin olvidar su ayuda al descubrimiento de especies nuevas para la ciencia, concluye.

Referencias de la informacion original:

http://www.agenciasinc.es/Noticias/Acuariofilia-de-la-aficion-a-la-ciencia-de-mantener-peces-de-agua-dulce-en-acuarios

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